Según el reporte, la desgasificación ha formado una columna de gases en dirección occidental que, de manera ocasional, alcanza los 300 metros de altura. Estos gases están asociados a cambios en la presión interna del volcán

El movimiento del volcán registrado por la estación VSM, ubicada a un kilómetro del cráter en el flanco norte, muestra cambios en el nivel de energía.

La frecuencias de la sismicidad del volcán del viernes 4 y sábado 5 de enero de 2019, muestra bandas desde 4 y 8.5 Hz, predominando picos espectrales entre 5 y 7.5 Hz, es decir, alta frecuencia. Un cambio repentino hacia las frecuencias menores a los 4 Hz sería el indicador de un proceso de despresurización y relajamiento del sistema volcánico que podría ser el precursor de actividad eruptiva de mayor energía. Estos cambios en el volcán Chaparrastique pueden ocurrir súbitamente.

La  vibración sísmica (RSAM) registrada en las últimas 24 horas, se mantienen fluctuando entre las 100 y 139 unidades (con promedio de 119 unidades por hora), valores considerados arriba de lo normal.

Según el monitoreo, durante las últimas 10 horas, la amplitud de la señal sísmica del volcán ha mostrado tendencia a estabilizarse por debajo de las 150 unidades; sin embargo, la energía liberada se relaciona a cambios en la presión del sistema interno. En este período, la Red de Observadores Locales (ROL), solo reporta la emisión de gases desde el volcán.

En el caso de incrementarse la actividad, el MARN asegura que el escenario más probable continúa siendo la generación de una columna eruptiva de mayor altura, cuyas cenizas podrían caer en los municipios de San Rafael Oriente, San Jorge y Chinameca. La producción de proyectiles balísticos se incluye en este escenario, y podrían alcanzar hasta tres kilómetros alrededor del cráter. Sin embargo, no se descarta la posible producción de flujos de lava desde los flancos del volcán.

El MARN continúa realizando el monitoreo sistemático del volcán y mantiene una comunicación estrecha con la Dirección General de Protección Civil y la Red de Observadores Locales