Una devastadora explosión ha desplomado literalmente siete de las nueve plantas de un edificio de viviendas en Rusia. La cifra inicial de tres muertos podría aumentar rápidamente. Se teme que decenas de vecinos, unos 80, hayan quedado atrapados bajo los escombros.

La explosión, posiblemente debida a una fuga de gas, se produjo a las 6 de mañana hora local, en Magnitogorsk, una localidad situada en los Urales del sur, no lejos de la frontera con Kazajistán.

Cientos de miembros de los equipos de socorro están sobre el terreno, buscando supervivientes bajo los enormes bloques de hormigón y con temperaturas que rondan los 30 grados bajo cero. Una veintena de personas, entre ellas un niño, han sido rescatadas con vida.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha enviado a los ministros de Sanidad y Situaciones de Emergencia para coordinar la operación.

Las explosiones de gas son habituales en Rusia, donde la gran mayoría de los edificios fueron construidos en la época soviética con materiales de baja calidad.