El fuerte descenso del nivel de agua en los embalses artificiales de España por culpa de la sequía dejó al descubierto monumentos como una iglesia de hace 1,000 años o un complejo megalítico, atrayendo a turistas ante esta «ocasión única».
A falta de lluvias, los embalses, construidos para garantizar la acumulación de agua para el abastecimiento de ciudades y cultivos en un país muy seco, se encontraban en agosto a un 36% de su capacidad, según datos oficiales.
Un nivel tan bajo que la iglesia del viejo pueblo de Sant Romà de Sau, en Cataluña (noreste), sumergido por la construcción de la represa en los años 1960, emergió casi enteramente, cuando normalmente sólo se ve su campanario.
Atraídos por la publicación de fotos en las redes sociales, los curiosos vienen a practicar «el turismo de sequía», y ver de cerca esta iglesia románica del siglo XI.
«Hacía años» que el nivel del agua «no se veía tan bajo como ahora. Ha salido últimamente en las redes sociales, y hoy nos dijimos 'pues venga, nos acercamos y vemos cómo está», explicó Nuria Ferrerons, de 45 años.
Remo en mano, dos turistas pasean tranquilamente en canoa por un arco de la iglesia. Alrededor de las paredes, hay verjas para impedir a los curiosos acercarse demasiado, por el peligro de derrumbe.
«Normalmente sólo se ve el campanario», constató con entusiasmo Sergi Riera, que se acercó a ver con sus propios ojos «algo que no se veía desde hace años».
En el embalse de Valdecañas, en Extremadura (oeste), emerge un complejo megalítico -apodado el «Stonehenge español», en referencia al sitio prehistórico inglés-, ubicado en un islote que está normalmente bajo las aguas.
Los menhires en pie también atraen a los turistas, que llegan hasta allí en barco transportados por varias empresas privadas.
«La gente se va encantada» tras la visita al conjunto megalítico, explica Rubén Argenta, propietario de una empresa de ocio con sede en el embalse.
Manuel Mantilla es uno de ellos. Este hombre de 60 años, que vino especialmente con su mujer desde Córdoba (sur), dice que se enteró «por la prensa» de que el complejo «había quedado al descubierto a causa de la sequía». «Lo hemos visto como una ocasión única», dice.