Fiscalía embarga 3 cuentas a Molsa, empresa de Adolfo Salume

La empresa MOLSA fue condenada al pago de ese dinero por las prácticas anticompetitivas que la empresa hizo de la mano con HARISA y de esa forma se repartieron el mercado de las harinas en El Salvador.

El juzgado Tercero de lo Civil Mercantil de San Salvador, este miércoles ordenó el embargo de tres cuentas bancarias de la empresa harinera Molinos de El Salador (MOLSA), para hacer efectivo el pago de la sanción económica que impuso la Superintendencia de Competencial, por un valor de $1,971,015.00.

La empresa MOLSA fue condenada al pago de ese dinero por las prácticas anticompetitivas que la empresa hizo de la mano con HARISA y de esa forma se repartieron el mercado de las harinas en El Salvador.

La Fiscalía General de la República por medio de la Undiad de Juicios de Cuentas y Multas de ese ministerio público, embargó las tres cuentas bancarias y en las cuales se detectó un montó de $2,628,020.21.

En horas de la tarde del martes 11 del mes en curso, el director de la Unidad de Intereses del Estado Mario Donald Salazar, se presentó ante el juzgado Tercero de lo Civil y Mercantil para demandar el embargo de $1,971,015.00, debido a que la empresa se negaba a pagar esa cantidad de dinero que le impuso la Superintendencia de Competencia.

Salazar, confirmó que Molsa y la empresa Harisa se habían repartido el negocio de las harinas en El Salvador con un monto de un 55 y un 45 por ciento por ciento desde el 2002 al 2008, lo cual es considerado como una práctica anticompetitiva.

La unidad fiscal debió llevar el caso hasta el juzgado Tercero de lo Civil y Mercantil de esa capital, debido a que los dueños de la empresa Molinos de El Salvador se negaban hacer efectivo el dinero impuesto por la Superintendencia de Competencia desde el 2008.

Esa multa corresponde a prácticas anticompetitivas que ambas empresas desarrollaron entre el 2002 al 2008, pero que por ley solamente se logró investigar los años 2006 y 2008. La sanción que impuso la Superintendencia de Competencia corresponde al 3 por ciento de las ventas del 2007.

De igual forma desde el 2008 está una demanda de $2,071,406.76 contra HARISA y cuya empresa también se ha negado en cancelar la multa.

El precio de la harina comenzó a descender desde que la empresa Gumarsal comenzó a vender harina de trigo, la cual y según sus dueños fue bloqueada en varia ocasiones para que no ingresaran al mercado que era controlado por MOLSA y HARISA.

De hecho a la empresa Gumarsal trataron de ligarla con un supuesto cártel de Texis, pero tras años de indagaciones ni la Fiscalía General de la República y mucho menos la Policía Nacional Civil han logrado determinar esa conexión.

Fue tan grande el monopolio que la empresa MOLSA y HARISA mantuvieron en el mercado salvadoreño, que llegó un momento que no se permitió que otro competidor importara harina de Honduras o Guatemala para comercializarla en el plano local.

En las indagaciones que hizo la Superintendencia de Competencia se determinó la forma de como ambas empresas se repartían el mercado.

Funcionarios de la Superintendencia de Competencia lograron obtener órdenes judiciales y de sorpresa llegaron hasta las oficinas de los ejecutivos más importantes de ambas empresas, donde secuestraron documentos y medios digitales para seguir el proceso de investigación.

En ese momento fue un hecho sin precedentes de la operación, porque los peritos evaluadores llegaron hasta la computadora del presidente de MOLSA, y por medio de la cual se logró evidenciar el intercambio de información entre ambas empresa, donde se detallaban las ventas totales anuales y que dio pie para que se repartieran el mercado.

Los de la Superintendencia llegaron a descifrar el mecanismo que ambas empresas diseñaron para tener ajustes de compensación financiera y por medio del cual se aseguraba que cada quien se quedara con sus ventas totales anuales.

Lo que significaba que si una de las dos empresa no vendía los quintales necesarios, significaba que la otra empresa habría vendido de más y pagaba en concepto de indemnización 5 dólares por quintal no vendido.

De hecho los de la Superintendencia de Competencia encontraron que en el 2007 HARISA dejó de vender 42,406 quintales para llegar a su cuota del 45 por ciento, MOLSA debió pagar más de 200 mil dólares.