Conducta sedentaria aumenta el riesgo de demencia hasta en un 30%

Conducta sedentaria aumenta el riesgo de demencia hasta en un 30%

La demencia es un problema global, uno de los grandes desafíos de salud pública que afrontan las sociedades en el momento actual. La incidencia se cifra en 50 millones de afectados, pero las proyecciones indican que en 2050 se alcanzarán los 152 millones, unos datos con una gran repercusión personal, familiar y social.

Aunque hoy en día no existe ninguna terapia modificadora para la enfermedad de Alzheimer, se tiene un amplio conocimiento acerca de la prevención de la demencia. "Los 12 factores de riesgo modificables de demencia establecidos actualmente serían responsables de un 40% de los casos, dicho de otro modo, si se pusiera en marcha un plan de prevención de demencia se podría evitar o retrasar un 40% de los casos", comentan doctoras neurólogas, Carmen Terrón y María S. Manzano Palomo.

La inactividad física, la conducta sedentaria, se encuentra entre los factores principales de riesgo de demencia, hasta el punto de aumentar el riesgo de demencia hasta en un 30%. "Esto convierte la actividad física en un factor protector frente al desarrollo de demencia y enfermedad de Alzheimer, así como frente a patología cerebrovascular".

Además, el sedentarismo favorece el desarrollo de otros factores de riesgo de demencia, como la obesidad y la alteración de metabolismo lipídico y glucémico, por no hablar de su relación con una disminución de la función cognitiva a lo largo de la vida y un mayor riesgo de demencia de cualquier etiología, añaden las especialistas.

La tecnología laboral, el transporte, los entretenimientos u ocios, conllevan a niños y adultos a los hábitos perjudiciales para la salud.

Debemos implementar desde la infancia, de manera preventiva, una adopción de estilo de vida con dieta saludable y ejercicio físico.

 

Conducta sedentaria aumenta el riesgo de demencia hasta en un 30%