Fueron cerca de 25 caficultores que pertenecen a la cordillera Chichontepec que en una ocasión más fueron capacitados por técnicos de la Gerencia Café del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal “Enrique Álvarez Córdova” (CENTA) en el tema “Control de la broca del fruto del cafeto y otras plagas insectiles”.
La actividad, que fue coordinada con el Programa Centroamericano de Gestión Integral de la Roya del Café (PROCAGICA), se desarrolló en el cantón San Antonio Los Ranchos, del municipio Guadalupe, San Vicente, específicamente en la finca Remembranza.
Durante la capacitación, los caficultores realizaron tres prácticas: muestreo de la broca en los árboles de café, elaboración de trampas artesanales para la captura de la broca del fruto y muestreo del suelo para verificar si hay larvas de gallina ciega u otros insectos. En cada práctica los técnicos les indicaban la forma correcta de realizarlas; además de hacerles hincapié en la importancia de que este es el momento adecuado para verificar en sus cafetales la existencia de dichos insectos y controlarlos para evitar que afecten la calidad y producción del grano.
Jorge Eduardo Jiménez, técnico extensionista del CENTA Café, asegura que “al inicio de la época lluviosa es cuando las plagas, especialmente la broca del fruto de café, empieza a alimentarse del fruto que inicia su formación, por eso es importante realizar muestreos en el cultivo para tener la seguridad que el insecto no está presente”.
Para ello recomendó recoger los granos maduros caídos (pepena) y los que aún quedan en los árboles (repela) para que el insecto no tenga donde hospedarse. Señaló también la importancia de cortar los frutos prematuros, así como realizar un buen control cultural, donde el manejo de la sombra del cultivo y las podas son esenciales.
Otra de las prácticas recomendadas para el control de la broca es el control etológico, el cual consiste en el uso de trampas; de ahí la importancia que los mismos caficultores las elaboraran y conocieran cómo usarlas para la captura de la broca.
Las trampas son fáciles de elaborar; para ello utilizaron envases plásticos transparentes, pintaron de rojo la parte superior, las perforaron en la parte media, con el objetivo de colocarle agua en la base y un atrayente (difusor) a base de etanol y metanol que simula el olor al grano de café. La broca hembra es atraída y termina capturada en el agua.
Todos los caficultores presentes mostraron interés en la realización de cada una de las prácticas, tal es el caso de Lorenzo González, de la cooperativa San Miguel Tepezontes, a quien la actividad le pareció muy productiva, porque “aquí es donde se viene a aprender o a reforzar lo que hacemos en la finca; hoy hemos capturado brocas, buscamos y hallamos larvas de gallina ciega, hasta hicimos trampas para la captura de la broca, señaló.
Asimismo, Reina Isabel Tamayo de Recinos, del municipio Guadalupe, aseguró que además de aprender a identificar la broca, es muy importante compartir experiencias con otros caficultores, porque “también de eso se aprende”. Al referirse a la broca dijo: “hoy he aprendido a conocer que la broca del café se mete en el grano recién nacido que está blandito, y luego queda ahí en el fruto que lo vuelve inservible y que ocasiona pérdidas al caficultor”.
