Seguidores radicales del expresidente Jair Bolsonaro, descontentos con el resultado electoral, invadieron el Congreso Nacional, el Palacio del Planalto y el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil. La invasión comenzó después de que se rompiera la barrera formada por la policía militar en la Explanada de los Ministerios, que estaba cerrada.
El Congreso Nacional fue el primero en ser invadido. Los invasores ocuparon la rampa y lanzaron petardos. A continuación, rompieron los cristales del Salón Negro del Congreso y causaron daños en el pleno de la Cámara. Después de depredar el Congreso, invadieron el Palacio del Planalto y el Supremo Tribunal Federal (STF). En el STF, rompieron cristales y muebles.
Las imágenes muestran que la policía militar, que se encontraba cerca del Congreso Nacional, utilizó gas pimienta en un intento infructuoso de contener a los manifestantes que coreaban consignas golpistas.
A través de las redes sociales, el ministro de Justicia, Flavio Dino, afirmó que "este absurdo intento de imponer la voluntad por la fuerza no prevalecerá". Agregó que había escuchado del gobierno del Distrito Federal que se reforzaría los efectivos. "Las fuerzas de que disponemos están actuando. Estoy en la sede del Ministerio de Justicia", escribió el ministro.
El exministro de Justicia del gobierno de Bolsonaro y actual secretario de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito Federal, Anderson Torres, que se encuentra en Estados Unidos, dijo, a través de Twitter, haber determinado el sector de operaciones "medidas inmediatas para el restablecimiento del orden en el centro de Brasilia".
El ministro jefe de la Secretaría de Comunicación, Paulo Pimenta, dijo en las redes sociales que está seguro de que la mayoría de los brasileños quiere la unidad y la paz para que Brasil siga adelante. "Esta manifestación es de una minoría golpista que no acepta el resultado de las elecciones y que predica la violencia. Una minoría violenta, que será tratada con el rigor de la ley".
El presidente del Senado y del Congreso Nacional, Rodrigo Pacheco, manifestó su "vehemente repudio a estos actos antidemocráticos", que, según él, deben "sufrir el rigor de la ley con urgencia". La Policía Legislativa también se encuentra en el lugar para intentar contener la invasión.
"Hablé antes, por teléfono, con el gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha, con quien he estado en contacto permanente. El gobernador me informó de que está concentrando los esfuerzos de todo el aparato policial para controlar la situación", dijo Pacheco.
El alcalde publicó en redes sociales que el Congreso Social nunca ha negado "la voz a quien quiera manifestarse pacíficamente". "Pero nunca dará espacio a los disturbios, la destrucción y el vandalismo". En la publicación, Lira dice que los responsables que "idearon y fomentaron este atentado contra la democracia brasileña y sus principales símbolos deben ser identificados y castigados en forma de ley".
"La democracia presupone alternancia de poder, divergencia de puntos de vista, pero no admite las escenas deprimentes que sorprenden a Brasil en este momento. Actuaremos con rigor para preservar la libertad, la democracia y el respeto a la Constitución", escribió Lira.