50 años de la Guerra de las 100 horas, las razones de un conflicto que tuvieron poco que ver con deporte

En cuatro días de conflicto, fallecieron alrededor de 4.000 personas, entre bajas civiles y militares de ambos países, y cerca de 80 mil migrantes tuvieron que retornar a El Salvador, según Ernesto García, presidente de la Academia de Historia Militar de El Salvador.

50 años de la Guerra de las 100 horas, las razones de un conflicto que tuvieron poco que ver con deporte

Esta semana se cumplen 50 años del inicio, y del fin, de la guerra del fútbol (también conocida como la guerra de las 100 horas), un breve conflicto entre los países centroamericanos de Honduras y El Salvador que ocurrió entre el 14 y el 18 de julio del 1969. La guerra se saldó con la muerte de 4.000 personas en cuatro días. Pero, ¿fue el fútbol el verdadero detonante de la contienda?

50 años de la Guerra de las 100 horas

El nombre con el que se conoce a este conflicto armado, la guerra del fútbol, fue acuñado por el periodista polaco Ryszard Kapuscinsky, título de la crónica que escribió como corresponsal sobre el terreno. Este se refería a los partidos que enfrentaron a las selecciones nacionales de Honduras y El Salvador, con motivo de la clasificación para la Copa Mundial de Fútbol celebrada en México en 1970, semanas antes de que comenzase una guerra entre los dos países centroamericanos.

El primer encuentro deportivo tuvo lugar en la capital hondureña de Tegucigalpa, el 8 de junio, con un resultado victorioso para la selección anfitriona de 1-0. El 25 de junio se disputó el segundo partido en San Salvador, con una victoria de 3-0 para los salvadoreños y un empate entre ambas selecciones que culminó con un encuentro en Ciudad de México el 27 de junio. El resultado fue de 3-2 y otorgó a El Salvador su primer pase para un mundial de fútbol.

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Los partidos clasificatorios, que se saldaron con violencia en todas las ocasiones pues se celebraron en un contexto de gran tensión entre ambos estados, acuciada por sendos gobiernos militares y los mensajes de odio de los medios de comunicación.

Durante los años 1960, en Honduras existía un gran número de migrantes salvadoreños que trabajaban como campesinos. Se calcula que en 1969 el 20% de los peones rurales de Honduras provenían de El Salvador, alrededor de 300.000 personas.

La migración masiva de salvadoreños se debía a la alta densidad de población del país, conocido como “el pulgarcito de América” por su tamaño. En aquel momento, El Salvador tenía 3.6 millones de habitantes y Honduras 2.6. Sin embargo, el territorio hondureño es casi seis veces mayor que el de su vecino.

Además, la oligarquía terrateniente salvadoreña controlaba la mayor parte de la tierra – un 1% de la población poseía un 43% del terreno cultivable- y el gobierno militar promovía la inmigración hacia Honduras para así evitar un reparto de tierras entre los campesinos más pobres. Estos estaban asentados principalmente en zonas cercanas a la frontera con El Salvador y muchos de ellos residieron en la zona durante generaciones.

Honduras, por su parte, tenía un territorio mucho mayor, necesitado de mano de obra. Sin embargo, la situación cambió por la presión de los propios campesinos hondureños, que también demandaban tierras propias. Para resolver la situación, el gobierno de Honduras llevó a cabo una reforma agraria en la que se expropiaron gran parte de las tierras de campesinos salvadoreños y se expulsó a miles de ellos a El Salvador, pero sin afectar a los grandes propietarios de tierras.

"El fútbol ayudó a enardecer aún más los ánimos de chovinismo y de histeria pseudopatriótica, tan necesarios para desencadenar la guerra y fortalecer así el poder de las oligarquías en los dos países", así describió el periodista Ryszard Kapucinsky el efecto catalizador del futbol en el conflicto entre Honduras y El Salvador.

Las tensiones sociales y económicas desembocaron en un conflicto bélico que se inició el 14 de julio de 1970, con un ataque aéreo de El Salvador a Honduras. En respuesta, Honduras bombardeó el puerto de Acajutla y ese mismo día los salvadoreños volvieron a atacar en Honduras.

El 20 de julio entró en vigor el alto al fuego, por la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) para paralizar el conflicto.

El conflicto dañó profundamente las economías de ambos países y el Mercado Común Centroamericano se vio gravemente amenazado

En cuatro días de conflicto, fallecieron alrededor de 4.000 personas, entre bajas civiles y militares de ambos países, y cerca de 80 mil migrantes tuvieron que retornar a El Salvador, según Ernesto García, presidente de la Academia de Historia Militar de El Salvador.

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50 años de la Guerra de las 100 horas, las razones de un conflicto que tuvieron poco que ver con deporte