Viktoria Marinova, 30 años, fue encontrada el pasado sábado en un parque de Ruse, la localidad en la que vivía y trabajaba. Había sido violada, golpeada y estrangulada. El fiscal regional señala que le robaron el teléfono móvil, las llaves del coche, las gafas y algunas prendas de ropa.
El primer ministro búlgaro Boyko Borisov ha pedido tiempo a la opinión pública "Estoy convencido de que desvelar este asesinato es cuestión de tiempo. Los mejores criminólogos han sido enviados a Ruse, no les metamos prisa. Se ha recuperado una gran cantidad de ADN".
El ministro del Interior Mladen Marinov también ha insistido en que es "un asunto de violación y asesinato" que podría no estar relacionado con su actividad como periodista.
Aunque las autoridades han sugerido que el crimen puede no estar ligado a su profesión, crece la indignación ya que la periodista había emitido a finales de septiembre un reportaje sobre un caso de corrupción ligado a los fondos de la Unión Europea.
La última edición de su programa Detector, en la cadena TVN, entrevistaba al periodista rumano Attila Biro del portal de investigación RISE Romania y al búlgaro Dimitar Stoyanov de bivol.bg que investigaban sobre casos de corrupción de los fondos europeos que implicaban a políticos y empresarios.
Los periodistas fueron detenidos por las autoridades búlgaras antes de que se emitiera la entrevista.
Una compañera de la cadena dijo a la agencia France Presse bajo anonimato que nunca habían recibido amenazas, ni Marinova ni la cadena de TV y que hay una sensación de inseguridad en la redacción.
El Comité para la Protección de los Periodistas ha exigido a las autoridades búlgaras que empleen "todo su esfuerzo y recursos para llevar a cabo una investigación exhaustiva y llevar ante la justicia a los responsables" del "bárbaro asesinato".
El representante de la OSCE para las libertades Harlem Desir ha condenado en Twitter el "horrible asesinato" y también ha pedido una investigación en profundidad.
Se trata del tercer periodista asesinado en la Unión Europea en poco más de un año (todos ellos investigaban sobre corrupción y fraude) y el séptimo en todo el Continente.
Bulgaria está en la cola de la UE en cuanto a libertad de prensa y se ha desplomado hasta el puesto 111 de los 180 países que clasifica la organización Reporteros Sin Fronteras.