Laura se convirtió en huracán el martes por la mañana, poco después de entrar a las cálidas y profundas aguas del Golfo de México, cobrando fuerza rumbo a la costa de Estados Unidos y con el potencial de hacer subir la marea y anegar poblaciones enteras.

Pese a esto, se prevé que este fenómeno no toque las costas mexicanas, debido a que su avance va con dirección a Estados Unidos, donde podría aumentar su velocidad.

Los vientos que rodean a este fenómeno rondan los 185 kilómetros por hora y son capaces de provocar marejadas en las costas en las que tenga contacto.

De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos fue a las 7:15 horas cuando fue considerado que este fenómeno había aumentado su fuerza y potencial riesgo a la población, cambiando de categoría.

La dependencia norteamericana indicó que la intensidad de este huracán podría aumentar cuando toque la superficie en Estados Unidos, por lo que ya se están implementando las medidas de contingencia ambiental.

Durante su paso por Cuba, República Dominicana y Haití, “Laura” ha ocasionado inundaciones y destrucción. Se cree que en el territorio estadounidense aumente el nivel del agua más de tres metros y afecte zonas como Texas o Luisiana de manera significativa.