Las alertas suenan en la central hidroeléctrica colombiana de Ituango. Más de 25.000 personas han sido evacuadas ante el temor a un desbordamiento del río Cauca o, en el peor de los escenarios, una rotura de la presa, lo que provocaría una ola de enormes proporciones que arrasaría las poblaciones ribereñas.
"Estamos haciendo una evacuación preventiva de alerta máxima para que el resto de personas que no han evacuado puedan hacerlo de forma inmediata, ya", urge René Bolívar, el coordinador de emergencia de la unidad de prevención de desastres.
La presa, a un centenar de kilómetros al norte de Medellín, forma parte de un gran proyecto hidroeléctrico, el mayor de Colombia, que se empezó a construir hace ocho años.
Todo iba bien hasta que a finales de abril, uno de los tres túneles que sirven para desviar el agua del río Cauca durante las obras se taponó debido un derrumbe. Otro túnel está inhabilitado. Las lluvias, unidas a un caudal de evacuación insuficiente, han provocado que el nivel del agua del embalse suba a un ritmo de varios metros por día.
Un ejército de 1500 obreros trabaja a destajo, 24 horas al día, parar para elevar la cresta de la presa hasta los 410 metros, una altura que permitiría evitar, de forma temporal, el desbordamiento.