En Brasil, un recién nacido perdió la vida durante el parto en el Hospital das Clínicas de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG); el bebé nació prematuramente a las 28 semanas de gestación y en el procedimiento, su cabeza fue arrancada del cuerpo mientras aún estaba dentro del vientre.

De acuerdo al informe, el equipo médico decidió inducir las contracciones después de que Ranielly “N”, madre del bebé, fuera internada por segunda vez con hipertensión arterial; a pesar de ello, el doctor responsable del procedimiento tuvo dificultades durante el mismo.

El hospital indicó que Medicina Fetal encontró una malformación pulmonar grave en el feto, una condición que no le iba a permitir vivir por mucho tiempo, ya que es un estado “incompatible con la vida”.

Debido a la delicada situación se adelantó el parto, mismo que fue presenciado por el padre y la abuela materna; la familiar siguió el procedimiento a través de la ventana de vidrio.

“Hasta entonces, todo aparentemente era normal, incluso llamaron al padre para que viera al bebé, dijeron que su hija estaba empezando a nacer”.

“El papá vio que la niña parpadeaba, moviendo la boca, sólo que, en cierto momento, el bebé no lo hizo más y se comprobó que había falta de oxigenación”, dijo uno de los trabajadores.