El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, describió a la reina Isabel II como «decente, honorable y dedicada al servicio" cuando él y la primera dama Jill Biden firmaron un libro de condolencias el domingo, antes de su funeral el lunes en la Abadía de Westminster en Londres.

«A todo el pueblo de Inglaterra, a todo el pueblo del Reino Unido: nuestros corazones están con ustedes», dijo el presidente después de pasar tres minutos escribiendo un mensaje en un libro de condolencias en Lancaster House, una propiedad real cerca del Palacio de Buckingham en Londres. «Y fueron afortunados de haberla tenido durante más de 70 años, todos lo fuimos. El mundo es mejor para ella».

Agregó que la reina le recordaba a su difunta madre, y que cuando se conocieron «ella me seguía ofreciendo más, yo seguía comiendo todo lo que me ponía delante».

Biden, quien llegó el sábado por la noche, se encuentra entre los cientos de líderes mundiales que se reúnen en Lonndres para asistir al funeral de la reina el lunes.

El domingo, mientras la gente se paseaba por el centro de Londres, los líderes mundiales se dirigieron a Lancaster House para expresar sus condolencias por la muerte de la reina, el 8 de septiembre, a la edad de 96 años.

«Este es un momento de dolor, pero también de profunda gratitud», dijo el primer ministro australiano Anthony Albanese, quien dirige uno de los 56 países de la Commonwealth of Nations, una organización de muchas ex colonias británicas ahora dirigida por el hijo mayor de Isabel, el rey Carlos III.

«Los australianos dan gracias por la vida de servicio de la reina Isabel II, una vida definida por el compromiso con la familia, el país, la mancomunidad».

También Biden y su esposa presentaron sus respetos a Elizabeth el domingo en Westminster Hall, donde su cuerpo ha estado en capilla ardiente desde el miércoles. También se espera que los miembros de las familias reales de Europa asistan a los servicios. El rey también fue el anfitrión de una recepción de estado formal para los dignatarios el domingo.

El domingo, mientras los cielos de Londres permanecían despejados, miles de personas se arremolinaron alrededor de Westminster, el centro de la ciudad. La policía de Londres reunió alegremente a las agitadas multitudes de familias, veteranos que llevaban ramos de flores y niños con piruletas, mientras la imagen de la Reina les resplandecía desde los escaparates.