Conforme transcurren estos difíciles días la expansión del coronavirus viene impactando negativamente la economía de los negocios de nuestra área de Long Island, golpeando con dureza en especial a diversas tiendas y restaurantes hispanos.
Además, la disposición de las autoridades del estado de Nueva York para que la población se quede en casa acatando el “distanciamiento social” como una forma de evitar o propagar el peligroso COVID-19, ha causado un notable ausentismo de la clientela, mermando la delicada situación de los establecimientos comerciales, los cuales a su vez han recortado las horas de trabajo a su personal, o simplemente les han despedido.
La orden dictada por el gobernador neoyorquino Andrew Como prohíbe las concentraciones o reuniones, y suspende las actividades de los comercios considerados no esenciales como bares, gimnasios, casinos, cines, teatros, barberías, salones de belleza, entre otros, todo esto con el objetivo de que el coronavirus no siga expandiéndose, tal como indican últimos reportes con más de 25 mil contagiados en todo Nueva York y más de 52 mil en los Estados Unidos.
“Nosotros estamos teniendo mucha preocupación, no puedo tener a más de tres clientes en la tienda porque el espacio es pequeño, ahora mismo también nos han recortado las horas… las ventas también han bajado, las personas han reducido sus planes de telefonía por prevención”, nos dijo recientemente una gerente latina del local Metro by T-Mobile, mientras estaba funcionando en el condado de Nassau.
La crisis del coronavirus igualmente afecta a aquellos restaurantes hispanos de Long Island que se mantienen abiertos, pero obligados a modificar sus horarios de trabajo, haciendo solamente comidas para llevar y entregas de pedidos “Delivery”. Estas medidas permanecen vigentes hasta que sea necesario para proteger la salud pública, sostienen las autoridades estatales.
En el pueblo de Hempstead pudimos constatar que varios locales de comida colocaron avisos en sus puertas sobre los cambios que adoptaron y ahora están recibiendo solo llamadas para tomar las órdenes de sus clientes y luego hacerles llegara a sus casas el alimento solicitado.
“Esto nos ha afectado mucho, se ha mermado la mitad de las horas… ¿Cómo recuperar esas pérdidas? Esa es la pregunta del millón”, nos dijo el gerente de una panadería y cafetería de dueños colombianos que con mucho esfuerzo han podido crear su negocio y ahora enfrentan el duro reto de tratar de sobrevivir ante el COVID-19.
Sin duda la actual pandemia no solo va a dejarnos cifras negativas en pérdidas humanas, sino que también en la economía de los empresarios locales.
Sobre el tema, la ejecutiva del condado de Nassau, Laura Curran, manifestó en una conferencia de prensa para medios hispanos que se comprometía a abogar por los miles de negocios y trabajadores que se ven afectados por los cierres causados por el coronavirus.
“El trabajo comienza ahora. Estoy anunciando un Consejo Asesor Económico para rastrear y calcular la pérdidas empresariales en Nassau con el fin de asegurarme de recuperar los ingresos que hemos perdido”, apuntó Curran.
Con Información de Noticias Long Island.