La implementación del régimen de excepción en El Salvador como una medida para frenar a las estructuras criminales y a las acciones violentas que cometen en contra de la población se está tomando como un referente en otros países de la región por los efectivos resultados que se han obtenido.
El pasado viernes, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, anunció que decretó el estado de excepción por 60 días en tres provincias donde se registran los mayores niveles de violencia a causa del narcotráfico, que ha derivado en cientos de crímenes y masacres carcelarias.
«He declarado estado de excepción en las provincias [costeras] del Guayas, Manabí y Esmeraldas, efectivo desde la medianoche de hoy [sábado]», expresó el mandatario a través de medios estatales.
«De la mano del narcotráfico ha crecido la delincuencia», aseguran las autoridades, lo cual deja 1,255 muertos en el primer cuatrimestre del año, según cifras oficiales.
Ante dicha situación, Lasso explicó que, en el marco del estado de excepción, ordenó la movilización de unos 9,000 militares y policías para asumir el control de las tres provincias de Ecuador golpeadas por el narcotráfico y la criminalidad.
Además, indicó que en la zona también regirá el toque de queda entre las 11:00 p.m. y 5:00 a.m. locales, para algunas parroquias como la de la localidad de Durán.
Asimismo, detalló que la mayoría de las muertes provocadas por la criminalidad en Ecuador se dan por decapitaciones y mutilaciones. Solo en 2021 en el país sudamericano se registraron 2,500 homicidios y 1,400 en 2020, según cifras oficiales. Un 60% del total de homicidios ha ocurrido en las tres provincias que ahora son patrulladas por militares.