Bajo el título "Disparar a matar", la organización humanitaria denuncia una estrategia "letal" de las autoridades y asegura que la Policía Nacional, los antidisturbios y los grupos parapoliciales matan a menudo de manera intencionada.

De hecho, Amnistía segura que buena parte de las muertes en el marco de las protestas podrían considerarse "ejecuciones extrajudiciales", basándose en los impactos de bala, concentrados en la cabeza, el cuello y el tórax.

En cuanto a los grupos parapoliciales, asegura que llevan a cabo la mayoría de los ataques con la aquiescencia estatal, en presencia de las fuerzas del orden o en coordinación con ellas.

En el documento, basado en una treintena de testimonios y en la investigación de 16 casos, se constatan además actos de encubrimiento, así como obstáculos en las investigaciones, en las que se omiten exámenes médicos, así como problemas para acceder a la justicia.

"Dejen de matar a los estudiantes y a los jóvenes, porque son el futuro del país y los están matando como a perros", clamó la activista nicaragüense Bianca Jagger durante la presentación del informe.

Y añadió: "No sé como no le da vergüenza (a Ortega) haberse convertido en un dictador y seguirle los pasos a Somoza (...) Tal vez los Ortega sean peores que los Somoza".

Este documento se ha conocido al tiempo que se intenta reactivar el diálogo en el país, aunque Amnistía Internacional desconfía del Gobierno.

"Hay poca confianza en que el Gobierno, y particularmente el presidente Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, tenga una verdadera voluntad de buscar una solución pacífica y duradera", señaló la directora para las Américas de AI, Erika Guevara-Rosas.

La Comisión de la Verdad de Nicaragua ha elevado a 85 el número de muertos en las protestas antigubernamentales que agitan el país desde el 18 de abril, y los heridos a 997. Entre los fallecidos hay 9 estudiantes universitarios y de secundaria, un profesor, un periodista y 3 policías.