Cuba intenta enmendar décadas de homofobia al cambiar la Constitución

El proyecto de reforma constitucional aprobado por la Asamblea Nacional redefine el matrimonio como la “unión entre dos personas”

Cuba intenta enmendar décadas de homofobia al cambiar la Constitución

La Asamblea Nacional de Cuba debatió este domingo un artículo de la reforma constitucional en curso que abre la vía al reconocimiento del matrimonio homosexual. En el borrador de la Carta Magna, que fue aprobado hoy y pasará en verano un proceso de consulta popular, se redefine el matrimonio como la “unión entre dos personas”. El texto vigente lo limita a la unión entre hombre y mujer. La aprobación del artículo supone un avance de gran calado en un país que arrastra el peso de décadas de discriminación por orientación sexual.

“Con esta propuesta de regulación constitucional, Cuba se sitúa entre los países de vanguardia, en el reconocimiento y la garantía de los derechos humanos”, afirmó la diputada Mariela Castro, hija del expresidente Raúl Castro y una de las principales promotoras del reconocimiento de los derechos de la comunidad LGTBI en la isla como directora del Centro Nacional de Educación Sexual. La parlamentaria explicó que la reforma del artículo sentaría las bases para que a partir de ahí se pueda aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo en una legislación específica e incluso la adopción por parejas de gais o lesbianas. “Todas las familias han de tener garantizados por el Estado los derechos y vías para alcanzar estos fines”, concluyó.

El diputado Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, expresó su “inmenso orgullo” por la posibilidad de este avance y afirmó: “Estamos inaugurando una nueva era. Esta es una Constitución dialéctica y moderna. Y si hay que romper la tradición, se rompe. En el socialismo no cabe ningún tipo de discriminación entre seres humanos. Estoy a favor del Artículo 68 [sobre el matrimonio] de la nueva Constitución. Señores, el amor ni tiene sexo”. La parlamentaria Yolanda Ferrer defendió que la diversidad sexual sea “un derecho y no un estigma”, llamó a dejar atrás “siglos de atrasos” —en la década de los sesenta se llegó a internar a los gais en campos de trabajos forzados— y añadió: “Cuántas personas conocemos que son homosexuales o bisexuales y son personas dignas y que están cada día junto a nosotros y muchas veces viven juntas, pero a las que hemos negado el derecho de constituirse en familia”.

La posibilidad de que Cuba llegue a aprobar el matrimonio homosexual ha sido recibida con satisfacción por la comunidad LGBTI en la isla, aunque en comentarios en redes sociales algunos activistas han subrayado la necesidad de que el avance en este aspecto de los derechos sociales vaya acompañada de más libertades políticas y de asociación.

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