La Policía Federal de Curitiba transformó una de sus salas en una celda especial para recibir al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, según dispuso el juez federal Sergio Moro. La habitación, que está prácticamente lista, fue refaccionada durante dos meses.

Sin embargo, esa sala puede quedar vacía. El exmandatario podría perder ese beneficio si no se entrega a la policía, indicaron fuentes judiciales.

"Fue previamente preparada una sala reservada, especie de sala de Estado Mayor, en la propia Superintendencia de la Policía Federal, para el inicio del cumplimiento de la pena, y en la que el expresidente quedará separado de los demás presos", afirmó el juez Moro.

La sala-celda está ubicada en el cuarto piso de la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba. Es de 15 metros cuadrados, posee una cama simple y una mesa, además de un baño privado.

Como el espacio era usado por policías que llegaban de otras ciudades para actuar en operaciones en Curitiba, no tiene rejas. La seguridad quedará a cargo de agentes penitenciarios que permanecerán las 24 horas en la puerta de la sala.

Moro alega que así no habrá riesgo de integridad moral o física para Lula. También dijo que esa situación se debe a la "dignidad del cargo" que fue ocupado por el líder del Partido de los Trabajadores (PT).

Según fuentes policiales, el expresidente tendrá un horario reservado para salir de la celda especial -cerca de dos horas diarias-. Además, al menos en los primeros meses, Lula no recibirá visitas de familiares en conjunto con los demás detenidos. Quienes están detenidos en la sede de la Policía Federal en Curitiba reciben a sus familiares todos los miércoles, simultáneamente, en un mismo espacio.