Más de siete años después de la muerte de Muamar Gadafi, Libia se encuentra al borde de un nuevo conflicto.
Las tropas rebeldes, que controlan el este del país al mando del mariscal Jalifa Haftar, avanzan hacia la capital y la mantienen bajo asedio.
El gobierno de Trípoli, respaldado por Naciones Unidas, anunció este domingo que al menos 20 personas murieron y cerca de 25 resultaron heridas en enfrentamientos con las fuerzas de Haftar.
Poco antes, la ONU había urgido a los rebeldes a hacer una tregua de dos horas para permitir la evacuación de heridos y civiles.
No está claro si respondieron o no a este llamado, pero diversos organismos y países llamaron a la evacuación de su personal y tropas no imprescindible.
El domingo, los rebeldes anunciaron que habían perpetrado un ataque aéreo en el sur de Trípoli.
El primer ministro, Fayez Sarraj, acusó a Haftar de intentar llevar a cabo un golpe de Estado y señaló que este intento será frenado con las armas.
Mohamed Gnounou, un portavoz de las fuerzas progubernamentales, anunció una contraofensiva contra las fuerzas de Haftar denominada Operación Volcán de la Ira.
Varios expertos consideraron que es la mayor crisis que vive el país desde que Gadafi fue derrocado en 2011.