Días después del paso arrollador del ciclón Idai, la cifra de muertos sigue aumentando al mismo ritmo que la magnitud del desastre. En Mozambique, donde se ha decretado la emergencia nacional, ya se han recuperado más de 200 cuerpos y un centenar en Zimbabue. Mientras tanto, sigue lloviendo sobre las zonas devastadas.
En el interior de Mozambique, hay una zona de 290 kilómetros cuadrados cubierta por el agua. El ciclón ha arrasado todo a su paso, escuelas, hospitales, infraestructuras y ha dejado a más de 400.000 personas sin hogar.
"Estaba con mis hijos dentro de casa porque estaba lloviendo, cuando de repente oímos como una explosión en la montaña. El agua empezó a correr por la calles, llegó hasta nuestra casa y tuvimos que salir corriendo", relanta un hombre.
Contrarreloj, continúa el rescate de personas atrapadas. Miles llevan días encaramadas en tejados y árboles, mientras los ríos se siguen desbordando. Para complicar aún más la situación, varias represas amenazan con venirse abajo por el exceso de agua. Las autoridades mozambiqueñas han pedido a la población que se aleje de los cauces de los ríos.
Según la ONG Save the Children, la magnitud del desastre está creciendo cada minuto. En Mozambique, uno de los países más pobres del mundo, se calcula que hay dos millones de damnificados por el ciclón de una población de 17 millones.
El Programa Mundial de Alimentos y otras organizaciones se movilizan para tratar de salvar vidas en el que ya se considera uno de los peores desastres climáticos registrados en el hemisferio sur. Se teme que la cifra de muertos supere el millar.