El 15 de febrero de 1950, en una premier especial en Boston, Walt Disney lanzaba un nuevo largometraje animado: Cenicienta, basado en el cuento homónimo de Charles Perrault. Era el primer largometraje en ocho años, ya que la Segunda Guerra Mundial y lo limitado de las recaudaciones habían obligado a Disney a limitarse a producciones mucho más modestas.

Estrenada en el resto del país en la quincena siguiente, la nueva cinta fue un gran éxito, reportándole importantes beneficios que le permitirían afrontar nuevos proyectos a lo largo de la década siguiente, como crear su propia distribuidora o entrar en el incipiente negocio de la televisión.