¿Alguna vez te has preguntado si los gobiernos vigilan lo que haces en la red?

De hecho, Berners-Lee se dedica a promover lo que ha denominado “el contrato para la web”, en el que propone que los gobiernos garanticen que todos puedan conectarse a internet, que siempre lo mantendrán abierto y que respetarán el derecho de todos a utilizarlo “de forma segura y sin miedo”.

¿Alguna vez te has preguntado si los gobiernos vigilan lo que haces en la red?

Internet no se ve igual en todos los países. Las aplicaciones, las páginas y la regulación de los datos varía dependiendo de la región y la tendencia política de quien esté en el poder. Lo digital y de acceso libre resultó un arma de doble filo en países como China, Rusia y Cuba. Testimonios.

Un mundo después de la era digital es difícil de imaginar. Hoy en día gran parte de la vida pasa por internet y la web (dos conceptos diferentes). Ambos cambiaron la manera en que las personas se comunican, trabajan, ven televisión o viajan. En los últimos años, además, los 2.000 millones de páginas que existen han dejado en evidencia el enorme potencial de la herramienta, la cual es cada vez más humana e inteligente, capaz de inmiscuirse en cualquier ámbito de la sociedad, incluyendo la política.

El pasado 12 de marzo se cumplieron treinta años desde que el físico inglés Tim Berners-Lee creó la web, en el seno del laboratorio del CERN, en Suiza. A diferencia de internet, que ya existía para ese entonces, fue creada como una “red de notas con enlaces entre ellas” para mejorar los flujos de comunicación entre los científicos de todo el mundo. Mientras el primero funcionaba como si fueran las carreteras que conectan las ciudades, la segunda representaba los vehículos que circulan a diario para llegar de un lugar a otro.

Lo que hoy conocemos como lo digital, de acceso libre, se convirtió en un arma de doble filo. Las bondades del progreso se han visto en entredicho en los últimos años con fenómenos como la proliferación de campañas de desinformación, noticias falsas, discursos de odio, ataques cibernéticos a los gobiernos o el controvertido uso de los datos de los usuarios por parte de las grandes compañías. La presunta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016, escándalo conocido como la “trama rusa”, fue el último escándalo que dio un golpe en la mesa.

De hecho, Berners-Lee se dedica a promover lo que ha denominado “el contrato para la web”, en el que propone que los gobiernos garanticen que todos puedan conectarse a internet, que siempre lo mantendrán abierto y que respetarán el derecho de todos a utilizarlo “de forma segura y sin miedo”.

Sin embargo, lo cierto es que por el momento esto no parece ser posible. De hecho, en algunas zonas las políticas de privacidad o incluso las restricciones a internet son radicalmente diferentes que en Colombia o en la gran mayoría de la región. Cuba, Rusia y China son buenos ejemplos para mostrar cómo varía el control gubernamental a internet dependiendo de dónde estemos. El Espectador habló con personas de cada uno de estos lugares, quienes explicaron cómo se ve el mundo digital desde sus países.

El riguroso control chino

El gigante país asiático es probablemente el caso más ajeno a nosotros. Si bien las personas también se mantienen conectadas permanentemente, solo se pueden consultar páginas y aplicaciones locales. Google, Facebook, Twitter y sitios web como el de la BBC están bloqueados por el gobierno del presidente Xi Jinping. Desde 1996, además, se aplicó lo que la organización Global Voices llama el “gran cortafuegos”, un filtro que impidió el ingreso de contenido “sensible” con corte político.

El pasado abril, el mandatario chino aseguró en una conferencia sobre ciberseguridad: “Sin seguridad en la red no hay seguridad nacional, no hay estabilidad económica y social, y es difícil garantizar los intereses de las masas en general. (...) No podemos permitir que internet se convierta en una plataforma para diseminar información dañina y provocar problemas con los rumores”.

En conversaciones con este diario, una ciudadana china, quien ocultó su identidad por motivos de seguridad, aseguró que recuerda el día en el que el gobierno bloqueó Facebook. Durante el verano de 2009 intentó ingresar a la red social. “Pensé que algo andaba mal con el internet de mi casa. Estábamos muy confundidos. Luego, todos estaban con el mismo problema. Pensamos que sería algo temporal. Si bien las restricciones funcionan con un propósito, no estoy de acuerdo con el bloqueo. A veces es frustrante, pero no se puede hacer nada, hay que aceptar las cosas como son”.

Aunque las aplicaciones y redes sociales occidentales no están disponibles, al menos en el territorio legal, los 800 millones de usuarios chinos cuentan con cientos de alternativas para realizar las mismas actividades. Es el caso de Baidu, un motor de búsqueda que reemplazó a Google en 2010, o Youku, que cumple la función de Youtube.

También están Wechat y Weibo, las cuales suplen las funciones de varias redes sociales, e incluye otras. Una estudiante mexicana que vivió en China aseguró a este diario: “Además de hacer todas las funciones de mensajería Wechat tiene una página donde tienes tu perfil, donde subes fotos. Desde ahí se puede pagar cualquier servicio o consumo en restaurante, tienda o lo que sea”.

Consultar páginas externas también es posible. Eso sí, hay que recurrir a una red privada virtual (VPN), una herramienta que en pocas palabras permite desviar el código IP, haciendo parecer que el usuario se encuentra en otro lugar del mundo.

¿Alguna vez te has preguntado si los gobiernos vigilan lo que haces en la red?