Las personas mayores disminuirán ostensiblemente el riesgo de sufrir los embates de las enfermedades cardiovasculares si practican más el ejercicio físico, es la conclusión a la que ha llegado un afamado grupo de Científicos de la Universidad de Bristol (Inglaterra).

El determinante trabajo ha sido publicado en la revista Journal of the American Heart Association complementando otras investigaciones que demuestran cómo efectivamente el mejor remedio para retrasar el envejecimiento es la actividad física regulada.

En el experimento se incluyeron a 1.600 personas entre 60 y 64 años a quienes se les colocaron sensores de frecuencia cardíaca por un tiempo activo de cinco días, monitoreados por los investigadores para facilitar el análisis sobre diversas variables como el grado de actividad física, el estado de salud de los voluntarios incluyendo los indicadores de enfermedad cardíaca, los niveles de colesterol y de interleucina-6 en su sangre.

Al final, el estudio reveló concluyentemente que aquellos participantes con mayor actividad física practicada reflejaron índices inferiores de los marcadores biológicos asociados con trastornos cardiovasculares y teorizaron que son tan potentes y beneficiosos los ejercicios para fortalecer los músculos como los entrenamientos aeróbicos, que incluyen caminar, correr, nadar y montar en bicicleta.