Una menor de edad fue violentada sexualmente por su padrastro en reiteradas ocasiones, desde los 11 hasta los 13 años de edad, bajo el consentimiento de su madre, quien se dedicaba a observar los abusos.

En octubre del 2021, la víctima denunció los hechos que habían ocurrido al interior de su vivienda ubicada en Candelaria de la Frontera y que también sucedían cuando su madre la obligaba a que le fuera a dejar comida al campo a su padrastro. Tras las averiguaciones fueron capturados mediante órdenes de captura administrativas emitidas por la Fiscalía General de La República (FGR).

El Tribunal Segundo de Sentencia de Santa Ana resolvió una pena de 38 años y ocho meses de prisión para el padrastro, como autor directo de los delitos de violación en menor o incapaz agravada continuada, y agresión sexual en menor e incapaz agravada.

Mientras que la madre de la víctima, acusada de abandono y desamparo de personas, se le impuso la pena máxima que permite dicho ilícito, que es de tres años de prisión, reemplazados por la prestación de trabajos de utilidad pública, luego de acreditarse que, pese a que tenía el deber legal de proteger a su hija, no lo hizo, y en cambio tuvo una conducta pasiva indiferente ante los abusos sexuales realizados por el padrastro de la niña.