Hace ya tiempo que los partidos políticos han dejado de representar a los ciudadanos; su distanciamiento y falta de credibilidad social es algo tan preocupante como urgente de resolver, y la actual sensación general de corrupción política lleva a la desconfianza y la indignación de la población.

Cabe mencionar que las instituciones partidarias son buenas. Pero quienes las hacen verse mal son las personas que la administran, ya que en algunas ocasiones los políticos han salido en los titulares de noticias acusándolos de corrupción y esto ha llevado a que la población desconfíe totalmente de los partidos políticos. 

Debido a esto población opina que la política tiene que ser también coherente, por eso dicen que el país necesita en estas próximas elecciones que la política esté compuesta por personas que no tengan un pasado oscuro, incapaces, torpes o relacionados con el crimen organizado, no deudas con la ley.

Aunque aún hay ciudadanos que no dudan en principio de la honradez individual de algunos políticos y cargos públicos, es evidente que algo falla en el funcionamiento de los partidos y su relación con los ciudadanos. Y esta situación debe cambiar.