Soy Carlos Castro militante del FMLN. No voy a votar en las elecciones internas el próximo 27 de mayo porque no estoy en el padrón, me sacaron en una de las tantas “depuraciones” que hizo la dirigencia contra cualquier “disidencia” u opinión distinta a la suya. Sin embargo, ante el peligro de que el precandidato ganador no sea el mejor y más conveniente para el partido (y para el país), expongo aquí algunas razones por las cuales mis compañeros y compañeras habilitadas para votar deben apoyar al ex ministro Gerson Martínez.

En primer lugar, Gerson ha sido mejor funcionario público que Hugo Martínez. Gerson fue más eficiente y transparente en su gestión en el Ministerio de Obras Públicas, que Hugo en el de Relaciones Exteriores. No tengo pruebas para decir que Hugo es corrupto, pero puedo asegurar que él no transparentó la Cancillería como Gerson lo hizo con el MOP. Hugo no limpió la corrupción arenera en las embajadas, les extendió pasaportes diplomáticos a ciertos empresarios oligarcas sin que sepamos a cambios de qué favores, entre otros pecadillos.

En segundo lugar, Gerson Martínez es candidato natural del FMLN y Hugo es un arribista-oportunista. Gerson se ganó la candidatura desde hace tiempo, mucho antes que dirigentes inoportunos lo presentaran como favorito. Gerson pudo haber sido candidato presidencial en 2009 en vez de Mauricio Funes o en 2014 en lugar de Sánchez Cerén, desde entonces la militancia y también gente de fuera del partido lo proponían. Mientras que a Hugo la posibilidad de ser candidato le cayó de la nada, y su participación en las internas responde a los intereses de Óscar Ortiz que quiere tomar la dirección del partido para acercarlo a la derecha y de José Luis Merino que busca forzar una alianza con Nayib Bukele creyendo que es la única opción para evitar el regreso de ARENA al Ejecutivo. Si Hugo saliera candidato del Frente posiblemente sería el vice de Bukele, ese es el plan de Ramiro, Óscar y otros oportunistas que han cerrado filas con el Canciller a pesar de tener diferencias entre ellos. (¿Se acuerdan cuando Ramiro mandó a Óscar y al mismo Hugo a “poner en orden sus ideas”?)

En tercer lugar, Gerson es más auténtico de izquierda y Hugo Martínez es una especie de “falso positivo”. Gerson es más de izquierda con “olor a pueblo” y ha estado siempre cerca de la gente. Mientras que Hugo representa a una izquierda “perfumada y palaciega”, más proclive a la derecha y cercana a la Embajada. Al Canciller no le queda bien el discurso progresista porque es fingido: habla de los veteranos, del movimiento social, de los jóvenes, de los campesinos, de las mujeres y de otros sectores del partido sin siquiera conocerlos.

Más que por una alianza oportunista, vacía y sin proyecto político con Nayib, las posibilidades electorales del FMLN pasan por diferenciarse de la derecha y mostrar un proyecto popular claramente contrapuesto al proyecto oligárquico que representa ARENA, al menos esa es la lección que dejó la derrota del 4 de marzo: la gente reclamó la falta de cambios, la lejanía con el pueblo, el coqueteo inútil con la gran empresa y el parecido cada vez mayor a la derecha. Y para esto el Frente necesita recuperar la agenda progresista, el proyecto histórico de izquierda y las propuestas de cambios estructurales, y el abanderado más natural y creíble de esta propuesta no es Hugo, es Gerson Martínez.

Y, en cuarto lugar, en el proceso interno, Gerson ha jugado limpio y Hugo sucio. A Gerson se le achaca (injustamente) el respaldo de la dirigencia antes del 4 de marzo, pero no se le puede acusar de aprovecharse del cargo o de utilizar recursos públicos en su campaña interna. A Hugo sí lo está haciendo. Él se lanzó como precandidato en un acto oficial, acompañado del vicepresidente Óscar Ortiz, y utiliza recursos públicos. De hecho, Hugo no sólo es el preferido de cuestionados dirigentes como José Luis Merino, sino que es el candidato de Casa Presidencial vaya ironía, la misma instancia responsable de conducir un gobierno reprobado que marcó la derrota electoral reciente. El equipo de Hugo, además, ha abusado de espacios públicos, ha realizado campaña sucia y ha contratado barras móviles para sus eventos de campaña.

Por eso, los electores del partido deben ser asertivos. Por favor, compas, no se vayan a equivocar. Con Hugo Martínez como candidato, no tendremos opción de izquierda, Hugo aparecerá igual a Nayib y Calleja, Óscar Ortiz tomará las riendas del partido y entonces sí el FMLN cerraría su ciclo como referente de transformación social para los sectores revolucionarios, progresistas y democráticos. Mientras que con Gerson se retomaría el proyecto popular, opuesto al de las élites oligárquicas, y -desde ahí- habrá que plantear a los diversos sectores del país la más amplia alianza progresista-democrática para evitar el retroceso nacional que significaría el regreso de ARENA.