El Gobierno del Presidente Nayib Bukele sigue transformando la vida de los salvadoreños, y proveyendo de viviendas dignas y seguras a aquellas familias que, durante décadas, fueron abandonadas y nunca se les brindó una solución habitacional.

El Proyecto Habitacional El Espino, en Antiguo Cuscatlán, La Libertad, es una de las iniciativas a través de la cual esta gestión salda una deuda histórica con un sector de la población que esperó años para ver solventado su sueño de poseer un techo adecuado donde vivir.

Este martes, con ayuda del personal del Ministerio de Vivienda, más beneficiados fueron trasladados hacia su nuevo hogar permanente, a quienes, desde hoy, su vida se ha transformado radicalmente. Fueron dos familias que se desplazaron hacia su apartamento, que cuenta con todos los servicios básicos necesarios: agua potable, energía eléctrica y sistema de aguas negras.

Los esposos Montoya trasladaron sus pertenencias a su nueva vivienda y podrán dormir con plena tranquilidad en la casa brindada por el Gobierno del Presidente Bukele. “Estaremos en un lugar donde no nos van a sacar, no nos van a maltratar", manifestó Angélica Beatriz de Montoya. 

La familia beneficiada agradeció al mandatario y a la ministra de Vivienda, Michelle Sol, por esta respuesta, que pensaron nunca verían resuelta, y que reafirma el compromiso de este Gobierno por garantizar el bienestar de la población, y continuar velando por aquellos sectores que nunca fueron favorecidos por las administraciones anteriores.

"Son sentimientos encontrados de todo lo que uno ha pasado y ahora ya vamos a un lugar seguro. Estamos agradecidos con Dios, con el Gobierno, con los privados de libertad y las fundaciones que nos han ayudado", añadió Angélica.

La familia de Morena Pérez Mendoza es otra de las que fueron trasladadas hoy hacia su nuevo apartamento. "El desalojo nos dolió, pero gracias a Dios ya vamos para nuestra casita, es una nueva vida para mis dos hijas y mi esposo. Gracias al Gobierno del Presidente Bukele por darnos respuesta", expresó.

Estos dos núcleos familiares forman parte de los 63 que serán beneficiados con este proyecto habitacional y que en 2018 fueron desalojados de sus viviendas. Los gobiernos anteriores no les brindaron el respaldo para establecerse en un lugar digno y no priorizó su necesidad y seguridad. Hoy, esta situación ha cambiado y ellos comienzan una nueva vida.