Las autoridades de Texas enfrentaron fuertes críticas, por haber tardado demasiado en intervenir en la primaria Robb de Uvalde, donde Salvador Ramos, de 18 años, mató a 19 niños y 2 maestras.

Según videos y varios testimonios, los padres aguardaron desesperados que la policía actuara, mientras Ramos perpetró la masacre.

Victor Escalon, del Departamento de Seguridad Pública, señaló en rueda de prensa que los investigadores laboran para reconstruir exactamente lo sucedido.

Después de dispararle a su abuela, Ramos chocó su vehículo cerca de la escuela, disparó a los transeúntes y luego, entró por una puerta que no estaba cerrada con llave; la policía acudió minutos después, pero retrocedió por los disparos y pidió refuerzos.

Un equipo táctico con agentes de la Patrulla Fronteriza de EU entró y mató al pistolero, “aproximadamente una hora después”, señaló Escalon; Daniel Myers, Pastor de 72 años que llegó a la escuela, contó que los padres estaban listos para entrar: “estuve en el ejército, sólo dame un arma, entraré: no voy a dudar, voy a entrar”, relató uno de los presentes.

Trascendió que algunos papás fueron rociados con gas por los uniformados, en un intento de calmarlos en su decisión de querer actuar para ayudar a sus hijos y de mantener controlada la situación.