El presidente venezolano, Nicolás Maduro, cuenta con el apoyo total de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), según los altos mandos militares, lo que ha llevado a Estados Unidos y sus aliados a buscar otras estrategias para acorralar al Gobierno y buscar una salida a la crisis.
La reciente autoproclamación del presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento, de mayoría opositora), Juan Guaidó, como presidente interino aumentó la tensión entre el oficialismo y la oposición. Sin embargo, fue el reconocimiento de Estados Unidos y otros países a Guaidó como “presidente encargado” lo que escaló el conflicto a nivel mundial.
De inmediato, el apoyo internacional a Venezuela empezó a dividirse en tres bandos: los que respaldaban a Maduro, los que respaldaban a Guaidó, y quienes mantenían una posición neutra frente a los personajes, pero invitaban a prontas elecciones democráticas (como la Unión Europea). La disputa llegó hasta el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El panorama geopolítico se encontraba así: Estados Unidos y varios países del Grupo de Lima (a excepción de México) respaldaban a Juan Guaidó, mientras que Cuba, Bolivia, Rusia y China apoyaban “la soberanía e independencia” del gobierno de Nicolás Maduro.
"Vamos a defender nuestros intereses en el marco del derecho internacional, usando todos los mecanismos a nuestra disposición", agregó, por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El fuerte choque entre delegados de los dos países en el Consejo de Seguridad de la ONU, y el recuerdo de los dos aviones militares rusos que visitaron Venezuela en diciembre pasado, podrían esbozar que sí. Sin embargo, una serie de expertos entrevistados por la BBC aseguran lo contrario.