En Washington, Nueva York, Boston y Chicago, entre otras ciudades estadounidenses, cientos de manifestantes han salido a la calle para denunciar que Donald Trump ha cruzado una línea roja y se está extralimitando en sus poderes.

Sobre todo, por haber forzado la salida del fiscal general Jeff Sessions y después, al retirar la acreditación para entrar en la Casa Blanca a un periodista de la CNN. "Nadie está por encima de la ley" se podía leer en las pancartas.

Trump despidió a Sessions ente miércoles tras meses de tensión, después de que este decidier apartarse de la investigación de la trama rusa, que quedó en manos del fiscal especial Robert Mueller.

En sustitución de Sessions, el presidente ha nombrado a Matthew Whitaker, muy crítico con Mueller. Un cambio que se percibe como una maniobra del presidente para retomar el control y frenar esta investigación, que indaga los vínculos del entorno de Trump con Moscú durante la campaña presidencial.

Los demócratas consideran que el país está a un paso de la "crisis constitucional" y amenazan con abrir una investigación parlamentaria en cuanto retomen el control de la Cámara de Representantes en enero. De hecho, ya han pedido al FBI, a la CIA y al Tesoro, entre otros, que conserven todos los documentos sobre el despido de Sessions y la trama rusa.