Al parecer y como cuenta en la publicación de la red social que a esta hora se ha hecho viran con miles de respuestas, Jenna Evans estaba teniendo uno de esos sueños donde todo se sentía demasiado real para ser verdad. La mujer de San Diego explica que en el sueño, ella y su prometido Bobby Howell “estaban en una situación muy vaga que involucraba un tren de alta velocidad y unos tipos malos”:

Bobby me dijo que tenía que tragarme el anillo para protegerlo; así que lo saqué, me lo puse en la boca y lo tragué con un vaso de agua.

Evans se despertó al día siguiente por la mañana y lo primero que hizo fue mirarse la mano. Su anillo de compromiso ya no estaba. ¿Se habría tragado realmente la pieza?:

Nos reímos bastante fuerte durante aproximadamente una hora y media, llamé a mi madre, nos reímos hasta que lloramos, buscamos en Google ‘adultos que se tragan anillos’ porque los niños lo hacen todo el tiempo, pero aparentemente es menos común para los adultos.

Horas después, su prometido y ella acudieron a urgencias donde tuvieron que explicar a varios médicos lo que había sucedido: “El médico ordenó una radiografía y parecía bastante sorprendido cuando regresó con un segundo médico y me mostró que, efectivamente, ¡mi anillo estaba justo en mi estómago! Definitivamente podía sentirlo en mis entrañas, estaba empezando a doler mucho y nos ponía nerviosos”.

Los médicos decidieron que era mejor que el regreso del anillo no volviera de “forma natural” con Evans expulsándolo. En cambio, la mujer finalmente tuvo una endoscopia, un procedimiento en el que un médico usa un tubo flexible con una cámara para ver el revestimiento del tracto gastrointestinal:

Todo salió bien, encontraron mi anillo justo más allá de mi estómago en mis intestinos, lo recuperaron y se lo dieron a Bobby, no a mí.