Una llamada alertando  violencia doméstica en un hogar del condado de Wise, Texas (Estados Unidos), terminó desvelando las condiciones infrahumanas en que se encontraban varios niños, hijos de la pareja.

La escena de abuso infantil, a la que eran sometidos los tres varones y una niña, fue descubierta luego que los oficiales que llegaron a una vivienda por un reporte de violencia doméstica.

Los oficiales descubrieron que dos niños desnutridos estaban metidos en una jaula para perros mientras que otros dos estaban cubiertos de excremento y orina, en lo que el alguacil describió como el peor caso de abuso infantil que haya visto.

La pelea entre las dos personas fue lo que llevó a los oficiales a la casa rural, donde encontraron al hombre con cortes en la cara.

Cuando los comisarios hablaban con los adultos, escucharon las voces de dos pequeños de 3 y 1 año, respectivamente. Posteriormente se percataron de la presencia de otros dos menores de 4 y 5 años, quienes estaban dentro de la jaula.

Los menores fueron llevados a revisión al Centro Médico de Cook en Forth Worth, de acuerdo con Craig Johnson, el jefe adjunto del condado de Wise.

Johnson dijo que había un refrigerador en la sala de estar pero tenía un candado. El interior de la casa estaba “sucio y desordenado”.

“Había mucha comida dentro del establo, pero el refrigerador y los armarios habían sido cerrados con llave para que los niños no pudieran entrar a buscar comida”, declaró el alguacil, Lane Akin.

“Encerrar a un niño, en cualquier momento, en una jaula para perros es inaceptable”, le dijo Craig Johnson al medio. “Cuando los encuentras en el estado en que se encontraron hoy, cubiertos de materia fecal, sin alimentos disponibles para ellos, y sin que parezca que se les haya atendido, es inaceptable. Es malo”, afirmó.

El jefe adjunto dijo que la residencia a la que acudieron era un “edificio tipo tienda de metal”, con habitaciones en el interior.

La cárcel del condado de Wise identificó a los adultos arrestados en la casa como Andrew Joseph Fabila de 24 años y Paige Isabow Harkings también de 24 años.

Los menores fueron alimentados por los oficiales que los rescataron y luego llevados hacia un centro médico para su respectiva evaluación. Mientras que “su recuperación psicológica será muy larga”, aseguro  un especialista.