Niños migrantes ven truncada su educación en su travesía a Estados Unidos

José Elías Canis es uno de los miles de menores que atraviesan México desde Centroamérica en busca del sueño americano en Estados Unidos.

Niños migrantes ven truncada su educación en su travesía a Estados Unidos

José Elías Canis, es uno de los miles de menores de edad que atraviesan México desde Centroamérica en busca del sueño americano en Estados Unidos, aunque ello signifique truncar su educación por un periodo indeterminado.
José, quien vive desde hace más de dos meses en la Casa del Migrante de Matamoros, ciudad fronteriza del nororiental estado de Tamaulipas, cuenta a Efe que le gustaba su escuela y el dibujo cuando su madre, María Canis, decidió reencontrarse con su esposo en Estados Unidos, sin saber qué pasaría con la educación de su hijo.

“Sí, estaba estudiando tercero de primaria. Ahora no sé porque no sabemos si aquí puede estudiar", comenta Canis, quien está consciente de las necesidades de su niño de ocho años, pero alberga la esperanza de que ambos reciban asilo político y pueda darle un futuro mejor.


La migración aumentó en México desde octubre de 2018, cuando caravanas con miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos, comenzaron a atravesar el país para llegar a Estados Unidos.
Muchísimos son menores de edad. El Instituto Nacional de Migración (INM) reporta que, desde enero al 5 de septiembre de este año, se han presentado ante las autoridades migratorias a 138.491, de los que 43.598 -el 31,5 %- son "niñas, niños y adolescentes".

Ante esta situación, el secretario de Educación de Matamoros, Alejandro Villafañez Zamudio, intentó implementar un programa para atender a niños y adolescentes, pero argumenta que los padres se mostraron indiferentes por estar, ante todo, preocupados por la cita con las autoridades estadounidenses para obtener el asilo político.


"Nos encontramos que hay niños de primaria, niños que no han estudiado en años, niños que no saben leer. Lo que tratamos de hacer es ayudar con ciertas actividades lúdicas y también educativas en lo que se permite, pero esto no ha podido consolidarse debido a la resistencia por parte de los padres de familia", indica Villafañez.

Otros migrantes explican que sacaron desde hace tiempo a sus hijos de la escuela por falta de recursos.


Como Félix Pérez, quien puso a trabajar a sus dos hijos desde que estaban en su natal San Pedro Sula, Honduras, porque la educación es "demasiado cara".

 

 

Niños migrantes ven truncada su educación en su travesía a Estados Unidos