Un grupo de hombres armados y encapuchados golpearon a unos obispos que llegaron este lunes a la ciudad nicaragüense de Diriamba para hablar con algunas de las víctimas de la violencia que vive el país desde el pasado 18 de abril.
El ataque se presentó en la Basílica de San Sebastián en Diriamba, en el departamento de Carazo, y fue dirigido contra una caravana liderada por los religiosos Leopoldo Brenes y Stanislaw Waldemar Sommertag, según informaron medios locales.
“Hago un llamado al presidente Daniel, a doña Rosario y al comisionado general Francisco Díaz, que por favor, en el nombre de Dios, detengan esa acción (operativo en Carazo), que va a llevar más dolor, más tristeza al pueblo y quieran o no, esta situación la cargan sobre sus hombros”, afirmó Brenes.
Un grupo de periodistas tanto de la prensa local como internacional que se encontraban en la zona también denunciaron que fueron golpeados durante la llegada de los obispos.
El medio nicaragüense La Prensa informó que los obispos se dirigían hacia la Basílica donde desde el domingo permanecen encerrados un grupo de 12 personas cuando se presentó un ataque de paramilitares en la ciudad.
La Prensa asegura que la basílica ha sido afectada por la ruptura de vidrios y que las personas que se encuentran adentro han sido atacadas con bombas lacrimógenas.
“Nosotros venimos el domingo a las cinco de la mañana para poner un puesto médico para atender a los heridos, pero con el ataque quedamos encerrados, y el lunes en la mañana nos comenzaron a atacar y no sabemos qué hacer, ni siquiera las campanas podemos tocar porque nos matan”, afirmó una de las personas encerradas a La Prensa.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) indicó que estudia la posibilidad de retirarse de la mesa de diálogo entre la oposición y el Gobierno de Daniel Ortega.
El anuncio se hizo luego del pasado fin semana en el que murieron 14 personas en todo el país por la violencia, según organizaciones locales.
Un informe presentado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a la Organización de los Estados Americanos (OEA) el pasado 22 de junio indicó que en Nicaragua han muerto 212 personas por la violencia entre el 18 de abril y el 19 de junio. Sin embargo, la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) ha revelado que han fallecido al menos 285 personas.
