Flores, banderas y el duelo de un país como telón de fondo en la entrevista que concedió el martes Daniel Ortega a Telesur. El presidente nicaragüense reiteró los argumentos esgrimidos desde el poder en tres meses de protestas antigubernamentales que han dejado casi 300 muertos según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Aseguró que detrás del movimiento estudiantil que llegó a poner en jaque al Gobierno están los grupos económicos, parte de la Iglesia Católica y Estados Unidos, y negó estar financiando a los grupos paramilitares que han reprimido brutalmente las protestas. Por ultimo, afirmó que sigue abierto al diálogo con todas las partes:

- "Es necesario el diálogo, el entendimiento y el consenso. Ese principio lo mantenemos independientemente de la situación que estamos viviendo actualmente".

Una situación que se ha vuelto insostenible. Las ofensivas de policías, parapolicías, militares y paramilitares contra los principales focos de la revuelta están dejando una estela indeleble de muerte y destrucción. Primero fue Monimbó, ahora está sucediendo en Jinotega.

- "Ya toda la gente jinotegana está atemorizada de tantas balas, porque ya nos estamos enfrentando a delincuentes armados. Ya no es policía nacional, son delincuentes armados", se lamentaba un vecino de la ciudad.

Leyling Chavarria, de 16 años, fue una de las siete personas que el martes perdieron la vida en distintos enfrentamientos en Nicaragua. También falleció Rayneia Gabrielle Lima, una estudiante brasileña que fue alcanzada por balas disparadas por supuestos paramilitares en Managua. Además, cinco policías resultaron heridos.

Las protestas contra Daniel Ortega comenzaron el pasado mes de abril tras el anuncio de una polémica reforma de la seguridad social. Aunque el Gobierno la terminó retirando, la brutal represión de las manifestaciones alimentó el descontento de buena parte de la población, que salió en masa a las calles para exigir la renuncia del mandatario y denunciar sus supuestas prácticas corruptas.