Miles de heridos, denuncias de "desapariciones forzosas" y cientos de detenidos. Una crisis que comenzó como un grito de protesta y está siendo sofocada con las armas, como ha ocurrido en la rebelde Masaya, por las fuerzas progubernamentales.

Policías, parapolicías y paramilitares han celebrado la toma de la ciudad, donde han tratado de eliminar todo rastro que recuerde que este lugar fue declarado por los sublevados "territorio libre del dictador".

Un enmascarado, miembro de las fuerzas progubernamentales, dice: "Yo soy un poblador normal. Aquí nosotros, los mismos pobladores tuvimos que liberarnos. Aquí no hay paramilitares, aquí Daniel Ortega no tiene que ver nada. La población se levantó para buscar su libertad".

La violenta "operación de limpieza" sobre Masaya, que ha generado una encendida reacción internacional, duró horas y dejó al menos tres muertos. Los vecinos aseguran que cientos de jóvenes han salido huyendo de la ciudad.

En la comunidad de Monimbó, de tradición indígena, el entierro de un joven de 15 años muerto en la refriega se ha desarrollado bajo la vigilancia de los miembros de las fuerzas combinadas que controlan cada esquina.

"Señor, que Dios nos ayude. En estos momentos, Monimbó está desolado y los jóvenes andan huyendo de sus casas. Unos los enterramos y otros no sabemos para dónde los llevan".

Entretanto el Gobierno de Daniel Ortega ha anunciado que este jueves los sandinistas conmemorarán el 39 aniversario de la revolución en todos y cada uno de los municipios del país.