Desde que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, accedió al gobierno su popularidad ha caído en picado, según varios sondeos. La Encuesta Nacional de México Elige refleja que desde febrero hasta julio la aprobación del presidente ha caído de un 76 por ciento a un 47 por ciento.

Hacer una valoración general de su mandato, que tiene apenas siete meses de antigüedad, sería arriesgado, aunque ciertos datos han empeorado claramente como la inseguridad que sufren los mexicanos (más del 60 por ciento cree que ha empeorado). Un factor que puede afectar a la inseguridad son las varias renuncias que ha tenido el gabinete desde el comienzo de la legislatura.

El hasta hace una semana secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, dimitió el 10 de julio alegando que no estaba de acuerdo con ciertas medidas de la eléctrica nacional sobre los gasoductos del país. Según una encuesta casi inmediatamente realizada por Mitofsky, el 71 por ciento de los encuestados consideraron que la renuncia respondía a discrepancias con el propio López Obrador. Aproximadamente la mitad de los participantes en el sondeo contestaron que la renuncia afectará negativamente al Gobierno.