Wilber Ernesto Martínez Guzmán, un inmigrante salvadoreño que admitió haber cometido cuatro asesinatos en Nevada se salvó de la pena de muerte, más no de las cuatro sentencias consecutivas de cadena perpetua por los crímenes.

Guzmán trabajaba como jardinero de las cuatro víctimas a las que asesinó en medio de una serie de robos, en enero del 2019, en los condados Washoe y Douglas.

“Llama la atención el argumento de los fiscales de que Martínez-Guzmán habría cometido los hechos por puro placer y no por dinero, ya que al final de la embestida solo obtuvo $179 dólares en artículos robados”, detalla el medio El Diario NY.

En una de las audiencias de sentencia del pasado jueves, Mark Jackson, el fiscal del distrito del condado Douglas sostuvo que “Este caso es sobre emocionarse de cometer robos y matar”.

Martínez Guzmán fue sentenciado en tres audiencias, una el lunes; y las otras dos, jueves y viernes.

El caso del centroamericano ganó atención política a nivel nacional luego de que el entonces presidente Donald Trump lo citara para defender su plan de expandir el muro en la frontera de Estados Unidos y México para reducir el ingreso de indocumentados.

El convicto le disparó a Jerry David, de 81; y a su esposa, Sherri David, de 80, utilizando una pistola calibre .22 que habría robado del granero del hombre. En la embestida, Martínez-Guzmán mató a Constance Koontz, de 56; y a Sophia Renken, de 74.

La hija de Koontz dijo que el hispano robó artículos personales de poco valor, incluyendo un talonario de un boleto para un concierto.