El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha confirmado este lunes que Irán está enriqueciendo uranio por encima del 3,67 % de pureza establecido en el acuerdo de 2015, un nivel al que ese combustible puede ser usado sólo con fines civiles.

Este es el segundo incumplimiento del Acuerdo Nuclear por parte de Irán, tras superar hace una semana los 300 kilos de hexafluoruro de uranio enriquecido al 3,67 % establecido también en ese pacto, en respuesta a las sanciones de Estados Unidos y ante lo que Teherán considera inacción por parte de la Unión Europea.

Las autoridades iraníes han amenazado con volver a activar sus centrifugadoras y aumentar su enriquecimiento de uranio a una pureza del 20 %. Una medida contundente con la que el régimen de Teherán pretende responder a las sanciones estadounidenses. La Unión Europea ha reaccionado al anuncio y pide prudencia para evitar que la situación degenere.

"Hemos pedido a Irán que no tome más medidas que socaven el Acuerdo Nuclear de 2015 y ahora instamos encarecidamente a Teherán que detenga y revierta todas las actividades que sean incompatibles con los compromisos contraídos en virtud del Plan de Acción Integral Conjunto establecido en Viena. Eso también incluye la producción de uranio poco enriquecido más allá de los límites de las reservas del acuerdo", afirma Maja Kocijancic, portavoz de Asuntos Exteriores de la Comisión Europea.

La amenaza revertiría los principales logros del acuerdo. Entretanto, Irán no revela hasta dónde podría llegar para volver al estado en el que se encontraba antes del pacto.

"Si los países que quedan en el acuerdo, especialmente las naciones europeos, no cumplen de una manera seria con sus compromisos y no hacen nada más que hablar, el tercer paso de Irán será más complicado. Se producirá una acción más firme y de alguna manera, resultará una acción asombrosa", señala Abbas Mousavi, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán.

Washington ha impuesto sanciones que eliminan cualquiera de los beneficios que se suponía que Irán debía recibir a cambio de aceptar poner freno a su programa nuclear en el marco del acuerdo alcanzado en Viena en 2015. La tensión ha ido en aumento y deja a estadounidenses e iraníes al borde de un conflicto armado.