Escenario desolador en Las Bahamas tras el paso del huracán Dorian, que ya se ha cobrado la vida de al menos 23 personas, 20 de ellas en el archipiélago bahameño. Las autoridades temen que la cifra de víctimas siga aumentando a medida que avancen las labores de rescate en lo que está siendo la catástrofe más devastadora en la historia de este país insular. El primer ministro bahameño Hubert Minnis ha calificado la situación de tragedia y ha pedido colaboración para atender a unas 70.000 personas afectadas.

El ciclón tropical continúa desplazándose de manera paralela por la costa este de Florida y del estado de Georgia y a partir de este jueves se acercará peligrosamente a las costas de Carolina del Sur y del Norte.

Naciones Unidas ha destinado un millón de dólares para sofocar la emergencia y enviar comida, agua o medicinas al puerto de Nassau, la capital de las Bahamas. De categoría 5, la más alta en la escala Saffir-Simpson, el huracán bajó a nivel 2 para luego ascender de nuevo al tres, aunque este jueves ha vuelto a situarse en el nivel 2.

Los servicios de emergencia alertan ante la probabilidad de que, una vez en suelo estadounidense, Dorian provoque fuertes inundaciones y arrase todo lo que encuentre en su camino.