La gran oportunidad de Irán para elegir la paz sobre la guerra

En medio del miedo y la animosidad que nubla el panorama político en Oriente Medio, Irán debe tomar medidas para reducir las tensiones y reconocer la necesidad de empezar a desmantelar su red de violencia en toda la región.
La gran oportunidad de Irán para elegir la paz sobre la guerra

Las tensiones entre los Estados Unidos e Irán han alcanzado nuevos niveles. El régimen iraní lanzó el miércoles más de una docena de misiles balísticos en dos bases militares iraquíes que albergan tropas estadounidenses en represalia por el ataque estadounidense de la semana pasada en Bagdad que mató al comandante de la Fuerza Quds, Qassem Soleimani.

El régimen también está involucrado en una retórica más intensa, con el líder supremo Ali Khamenei diciendo: “Dije durante un discurso en ese momento (de la presidencia de Barack Obama) que el tiempo del atropello y fuga ha terminado. Si golpeas, te devuelven el golpe”. El ministro de telecomunicaciones de Irán, Mohammed Javad Azari Jahromi, también se ha conectado a Twitter tras el ataque con misiles de Estados Unidos en Irak, escribiendo: “Lárgate de nuestra región”.

Irán debe reducir las tensiones y abstenerse de convertir la región en un campo de batalla. Los líderes de Teherán pueden tomar varias medidas para evitar que las crecientes tensiones se agraven aún más. En primer lugar, debe tomar la ruta diplomática y dejar de intervenir en los asuntos internos de otras naciones y de usar territorios extranjeros como campo de batalla para avanzar en sus ambiciones geopolíticas y revolucionarias.

En toda la región, se ha hecho evidente que millones de personas se están volviendo contra la intromisión de Teherán en los asuntos internos de su país. El Líbano e Irak, en particular, han visto a la gente salir a la calle, manifestándose abiertamente contra la estrategia que Soleimani ha cultivado tan cuidadosamente durante décadas. Buscan liberarse, de una vez por todas, de la agitación generada por el Irán. Estas protestas, combinadas con el hecho de que el pueblo iraní también se pronuncie en contra del aventurerismo exterior de su régimen, ofrecen la esperanza de que Teherán pueda finalmente cambiar su enfoque y dejar de propagar la inestabilidad.

En medio del miedo y la animosidad que nubla el panorama político en Oriente Medio, Irán debe tomar medidas para reducir las tensiones y reconocer la necesidad de empezar a desmantelar su red de violencia en toda la región.

La triste verdad es que Irán ha impulsado gran parte del aumento de las tensiones en el Oriente Medio durante el año pasado. La incursión en el puerto de Fujairah en los Emiratos Árabes Unidos, el ataque con aviones no tripulados y misiles contra las instalaciones de Saudi Aramco y la incautación del buque cisterna británico Stena Impero fueron todas agresiones no provocadas que hicieron que Irán se alejara aún más de la comunidad internacional.

El establecimiento clerical de Teherán debería cambiar sus cálculos políticos en lo que respecta a sus vínculos con sus milicias y apoderados. Esto significa que debe abstenerse de ordenar a estos grupos que causen daño a las naciones y gobiernos que los líderes iraníes consideran rivales.

La muerte de Soleimani es, sin duda, un momento sísmico en nuestra región y una considerable escalada. Se trata de un hombre que casi por sí solo construyó y supervisó la vasta red de poderes violentos y perturbadores de Irán. Su trabajo ha sido la fuerza motriz de la inestabilidad en el Oriente Medio. Nos encontramos ahora en un momento en el que esta inestabilidad y esta tensión corren el riesgo de aumentar aún más, algo que tanto la región como el mundo simplemente no pueden permitirse.

No debemos hacernos ilusiones y no debe haber falsas revisiones sobre el impacto devastador y destructivo de las acciones de este hombre. Soleimani es responsable de la elevación e influencia de algunos de los elementos más destructivos de la región.

Los elementos como Hezbolá, Hamas, los Hutíes y las milicias en Siria e Irak, que han traído muerte y miseria a millones, le deben sus éxitos subversivos por encima de todos los demás. En Yemen, Soleimani apoyó inmediatamente el derrocamiento ilegal del gobierno legítimo por parte de una fuerza violenta hutí, que estaba directamente respaldada, armada y dotada de recursos por Teherán. Sus acciones sumieron al país en un caos devastador. En el Líbano, sus acciones elevaron a Hezbolá a una posición en la que han podido perpetuar un ciclo de inestabilidad política que ha visto a la población ordinaria salir perdiendo.

Teherán tiene dos caminos para elegir: buscar la continuación de esta alienación a través de la violencia continua o aprovechar la oportunidad de la desescalada a través de la diplomacia. Esto último requeriría una cabeza fría por ambas partes para ver este momento no como una oportunidad para la violencia, sino como una oportunidad para aliviar las tensiones de larga duración. Sería una tontería ver la muerte de Soleimani como el detonante de estas presiones, la realidad es que es sólo el último capítulo de las tensiones que han existido durante muchos años.

La reacción política y mediática de los últimos días ha visto una intensa especulación sobre cómo la República Islámica continuará buscando venganza. Pero Irán debe reducir inmediatamente las tensiones. Se debe instar al régimen iraní a que no siga por su ruta violenta y militarista y que en su lugar vea esto como una oportunidad improbable de trabajar para disminuir la hostilidad, reducir las tensiones que se están calmando y comenzar el camino de la paz y la prosperidad a largo plazo. La prioridad principal de Irán debe ser la búsqueda de la paz en lugar de la guerra.

Artículo original de https://israelnoticias.com/editorial/iran-elegir-paz-guerra/

La gran oportunidad de Irán para elegir la paz sobre la guerra