Google rompe con Huawei: "China no negocia con una pistola apuntándole a la cabeza"

Google rompe con Huawei: "China no negocia con una pistola apuntándole a la cabeza"

Vivir en China es como estar en una realidad tecnológica paralela, en la que Google no existe ni se le espera. Allí no recomiendas a un amigo seguir la cuenta de un youtuber o encontrar tu casa por Google Maps; las búsquedas se hacen en Baidu, los programas más famosos se disfrutan en Youku y Wechat, similar al WhatsApp occidental pero con muchísimas más funciones, es la aplicación con la que puedes sobrevivir días enteros sin necesidad de nada más, incluso tu cartera.

Es por esa realidad, motivada en parte por la estricta censura china, que el gigante tecnológico Huawei no tiene por qué tener problemas en su país si sus celulares y tabletas dejan de tener acceso a algunos servicios de Android de Google y a sus populares aplicaciones, en respuesta al reciente veto de Trump.

Pero la situación cambia en el plano internacional, donde la prohibición de Trump abre múltiples incógnitas para esta firma y el mundo en general.

¿Estamos ante el final de la tecnología global, el nacimiento de dos mundos tecnológicos?

Cuando hablamos de la dinámica entre China y Estados Unidos actualmente, se utilizan términos como guerra fría o telón de acero digital, y se habla del riesgo de que podamos vivir en un mundo en el que los gobiernos tengan que decidir si tener una red de suministro china o no china. Pero el problema es que el I+D y la industria de manufactura global no siempre casa bien con las fronteras políticas.

A diferencia de la Guerra Fría, donde se produjo una dinámica de Estado contra Estado, ahora mismo tenemos una difusa red global de ingenieros, cadenas de suministro, etc. Por lo que nos enfrentamos a una situación en la que la estrategia política de Trump está tratando de forzar un sistema binario en la cadena de suministro global que en realidad no existe y eso tendrá graves consecuencias.

Ya no solo se trata de Estados Unidos versus China. Ahora tenemos operadores alrededor del mundo, en concreto en Europa, que dependen de Huawei para el funcionamiento de sus redes. Pero si Huawei depende de componentes estadounidenses para ofrecer ese tipo de servicio, imagina el efecto dominó que esto tendrá.

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Ya no solo se trata de Estados Unidos versus China. Ahora tenemos operadores alrededor del mundo, en concreto en Europa, que dependen de Huawei para el funcionamiento de sus redes. Pero si Huawei depende de componentes estadounidenses para ofrecer ese tipo de servicio, imagina el efecto dominó que esto tendrá.

Puede que haya lugares en economías en desarrollo que estén exclusivamente provistos por los chinos. Pero, en ese caso, el mayor desafío será la inoperabilidad con mercados del mundo en desarrollo, lo que pondrá en evidencia el telón de acero digital, por el que se vuelve imposible operar entre mercados suplidos por proveedores chinos o no chinos.

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