El Salvador: Elecciones presidenciales en Costa Rica, muerte al bipartidismo tradicional

El Salvador: Elecciones presidenciales en Costa Rica, muerte al bipartidismo tradicional

Las elecciones presidenciales de Costa Rica de 2018 se realizaron el domingo 4 de febrero de 2018 para elegir al presidente de la República, los vicepresidentes y los diputados del Congreso. Sin embargo, debido a que ningún candidato presidencial logró superar el mínimo constitucional del 40 % de los votos (necesarios para ganar los comicios) se tenía previsto un balotaje para el 1 de abril.

En este participarán los dos candidatos más votados: el diputado, periodista y cantante cristiano Fabricio Alvarado Muñoz del partido conservador Restauración Nacional; y el escritor, politólogo, periodista y ex ministro Carlos Alvarado Quesada del socialdemócata Partido Acción Ciudadana con 24,91 % y 21,66 % respectivamente.

A estos le siguieron Antonio Álvarez Desanti de Liberación Nacional con 18,62 %, Rodolfo Piza Rocafort de la Unidad Social Cristiana con 16,02 %, Juan Diego Castro Fernández de Integración Nacional con 9,52 % y Rodolfo Hernández Gómez del Republicano Socialcristiano con 4,95 %.

Las votaciones de 2018 fueron los decimoséptimos comicios efectuados en el país desde que está vigente la constitución política de 1949. Además, representaron la ruptura más drástica del tradicional bipartidismo costarricense al suceder, por primera vez desde que está vigente la Segunda República, que ninguno de los dos partidos tradicionales (PLN y PUSC) pasaran a la segunda ronda, incluso sufriendo el PLN su mayor derrota electoral.

De acuerdo al Tribunal Supremo de Elecciones de Costa Rica, con una tendencia de JRVs escrutadas el 90,62 por ciento de las mesas de votación. El candidato izquierdista Carlos Alvarado alcanzó 60,6% de los votos frente a 39,3% del predicador evangélico Fabricio Alvarado, con esto el oficialismo logra el triunfo electoral para dirigir al país en este próximo periodo.

Carlos Alvarado, un periodista, escritor y politólogo de centroizquierda, emitió durante la campaña un discurso de respeto a los derechos de todas las personas y de conformar un gobierno de unidad para superar problemas como el déficit fiscal, la pobreza y la infraestructura. Carlos Alvarado Quesada, de 38 años, se convertirá en el presidente número 48 de Costa Rica. Además, se convertirá en el mandatario más joven de Costa Rica desde la fundación de la Segunda República, en 1948.

El presidente de electo fue ministro de Desarrollo Humano y de Trabajo durante el actual Gobierno del presidente Luis Guillermo Solís, y se convertirá a partir del 8 de mayo próximo en el segundo mandatario en la historia del PAC. Esta fue la tercera ocasión en la que Costa Rica acudió a una segunda ronda para definir a su presidente tras de las jornadas de 2002 y 2014.

Como candidato presidencial Carlos Alvarado le correspondió hacer frente a las críticas contra su partido por el "cementazo" o caso del cemento chino, el más sonado escándalo de corrupción del país, que se fraguó durante el actual gobierno y salpica a funcionarios de los tres poderes.

El candidato oficialista apostó por hacer más conservador su discurso y prometer estabilidad y experiencia para su gobierno, aunque también se mostró más abierto a las uniones del mismo sexo, lo que le ganó el rechazo del sector más tradicional.

En total 3,3 millones de costarricenses estuvieron convocados a las urnas y se registró una participación mayor de la que el Tribunal Supremo de Elecciones y los mismos candidatos esperaban. El presidente del Tribunal electoral felicitó a los votantes por la alta afluencia a pesar de tratarse de Domingo de Resurrección de Semana Santa, que para muchos costarricenses es época de vacaciones.

Es importante reconocer también que, por primera vez en la historia, un candidato logra revertir los resultados de la primera ronda, que lo ubicaron en segundo lugar y alcanzar la victoria en el balotaje, es decir en la segunda vuelta electoral.

En el 2002 y en el 2014, también se necesitó acudir a una segunda vuelta, pues ningún aspirante alcanzó el 40% de los votos emitidos y en esas dos ocasiones, resultó electo el candidato que ganó en la primera ronda, es decir, Abel Pacheco (2002-2006) y Luis Guillermo Solís (2014-2018).

Incluso, el rojiamarillo está cerca de alcanzar la cifra de 1.338.321 votos, la cual logró su antecesor, el presidente Solís, la votación más alta en la historia. Su compañera de fórmula, Epsy Campbell, se convertirá en la primera afrodescendiente en convertirse vicepresidenta de la República.

El presidente electo en su primer mensaje al conocer su victoria llamó a la unidad nacional y subrayó que trabajará para combatir la pobreza y las profundas desigualdades. “Somos un país que necesita cerrar las brechas históricas que hay entre hombres y mujeres, estamos comprometidos con una agenda de igualdad, un país que debe dar igualdad a las personas con discapacidad, a las personas adultas mayores, una fuerte mejora para nuestra niñez”.

En conclusión, los ticos dijeron "no" a un predicador evangélico y dijeron "sí" al oficialista Alvarado Quesada, quien ganó la presidencia en unos comicios marcados por los debates sobre la religión y la sexualidad.

El debate sobre el matrimonio gay acabó beneficiando al ganador, ferviente defensor de los derechos humanos, que mostró su apoyo a un derecho actualmente prohibido en Costa Rica y al que se oponía su adversario, candidato del partido Restauración Nacional, ligado a las iglesias neopentecostales. El pastor evangélico también tuvo que moderar su discurso después de que la justicia electoral sancionara por segunda vez a su partido y le prohibiera invocar la religión para seducir a los electores.

Ahora ya hay un resultado y un ganador, el nuevo presidente deberá trabajar por resolver los principales problemas del país en el ámbito económico, político y social, sobre todo trabajar para combatir la pobreza y reducir las profundas desigualdades. Hizo un llamado a aprobar el proyecto de ley en materia fiscal y reformas al reglamento para tener fluidez en el Congreso.

 

Por: Nelson de Jesús Quintanilla Gómez, Sociólogo y Diputado de la Asamblea Legislativa de EL Salvador, períodos 2012-2015 y 2015-2018.

 

 

 

 

 

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