El Consejo Disciplinario de la Federación de Fútbol de Turquía ha tomado sus primeras decisiones con respecto al caso del presidente del Ankaragucu que propinó un puñetazo a un árbitro al acabar un partido del campeonato otomano.

Faruk Koca ha sido suspendido de por vida tras agredir a Halil Umut Meler al final del partido contra el Rizespor. El Club tendrá que pagar, además, una multa de unos 60 mil euros y jugará cinco partidos en casa a puerta cerrada.

Tras el incidente, que dio la vuelta al mundo y avergonzó al fútbol turco, la Liga quedó suspendida y no se reanudará hasta el próximo 19 de diciembre. "Condenamos enérgicamente el ataque vil e inhumano contra Halil Umut Meler, árbitro con licencia de la FIFA, por criminales desconocidos tras el partido de la Superliga. La Junta directiva de la Federación ha decidido posponer sin fecha los partidos de todas las ligas", señalaba el comunicado de la Federación Turca.

Faruk Koca, presidente del Ankaragücü, presentó su dimisión como máximo dirigente del club, horas después de que un juzgado de Ankara decretara prisión preventiva para él por dar un puñetazo en la cara al árbitro del partido que su equipo jugó el lunes contra el Rizespor, Halil Umut Meler.