Por qué tener amigos distintos a ti es bueno para tu mente

Dado este gran desafío, adoptamos atajos mentales para funcionar de manera efectiva. Es un enfoque que nos permite avanzar en la vida, pero que también puede limitar nuestro crecimiento como personas.

Por qué tener amigos distintos a ti es bueno para tu mente

El pensamiento creativo es esencial para todo tipo de cosas, desde resolver problemas hasta lograr la satisfacción personal. Pero, ¿qué podemos hacer para alimentarlo?

Cada día se espera que tomemos cientos de decisiones y que juzguemos cosas.

Algunas son pequeñas, como elegir qué tomar de desayuno; otras son más grandes, como aceptar un trabajo.

El problema es que nuestros recursos mentales son limitados: la mente humana no puede abarcar tantas cosas.

Dado este gran desafío, adoptamos atajos mentales para funcionar de manera efectiva. Es un enfoque que nos permite avanzar en la vida, pero que también puede limitar nuestro crecimiento como personas.

Algo tan sencillo como pensar en las personas que nos rodean puede ser muy útil para cambiar eso e incluso ayudarnos a ser más creativos.

Puede parecer una pregunta extraña pero ¿para qué sirve una cuchara?

Tu asunción automática es posible que sea "para remover el café" o "para comer cereales".

No solemos pensar sobre los muchos otros usos que puede tener una cuchara. ¿Acaso no puede usarse para cavar un hoyo en la arena, como tope de puerta o para lanzar en catapulta unos guisantes sobre la mesa?

La idea a la que llegamos antes es un atajo mental: no requiere pensar y nos viene a la mente sin ningún esfuerzo. Es un estereotipo de las razones por las que usamos una cuchara.

Este es un ejemplo de pensamiento heurístico, o lo que muchas personas llamarían una sensación visceral.

Sin embargo, hay investigaciones que sugieren que existen maneras sorprendentes para pensar más creativamente y deshacernos de los muchos pensamientos automáticos que tenemos.

Una de ellas es abrirnos a una mayor diversidad social. En otras palabras, hacer cosas como mezclarnos con personas que "no son como nosotros".

Hay muchas formas de hacerlo y pueden diferir entre ellas: edad, raza, educación, ciudad natal, etcétera.

Cuando se nos pide que interactuemos con alguien de una cultura u origen diferente, se necesita que demos un salto fuera de nuestra zona de confort. Incluso solo imaginarlo puede tener un efecto.

Es decir, la diversidad hace que nuestro cerebro trabaje. Y, al igual que lo es el entrenamiento físico, puede ser muy beneficiosa para nosotros.

Sin embargo, sabemos que, como dice el refrán, "cada oveja con su pareja". La gente hace amistad con personas similares en términos de valores, preferencias y rasgos de la personalidad.

Pero romper con esos hábitos nos ayuda a desafiar el pensamiento heurístico que moldea nuestros pensamientos automáticos.

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